Frontera Ecuador-Perú enlazada por la historia y el patrimonio cultural

Caminata wayakuntu

Los vestigios de las civilizaciones precolombinas de Mayo (Perú) y Chinchipe (Ecuador), y de la confederación indígena Wayakuntu entre Calvas (Ecuador) y Ayabaca, Caxas (Perú) son los patrimonios culturales que unen la frontera de estas dos naciones hermanas.

El trabajo articulado por entidades públicas de Ecuador y Perú preservan y dan impulso a la investigación y recuperación de la memoria colectiva ancestral de antiguas civilizaciones asentadas en los actuales territorios que conforman la Zona de Integración Fronteriza (ZIF).

Los vestigios del yacimiento arqueológico Santa Ana, (4500 años aproximados) de dos civilizaciones asentadas en San Ignacio, Jaén y Bagua (Perú) y Palanda (Ecuador), denominadas Mayo y Chinchipe, respectivamente, es otro de los puntos desde donde se impulsa un trabajo articulado binacional, para preservar los rastros encontrados.

Descubierta en 2002 por un grupo de arqueólogos franceses y ecuatorianos, este yacimiento cuenta con elementos arquitectónicos, cerámicos, ceremoniales, funerarios, recipientes de piedra con finos pulidos y grabados en relieve de especies animales y vegetales, que dan muestra de la riqueza que los rodeaba.

Por otro lado está la historia de la confederación Wayakuntu, (brazo del viento) situada dentro del imperio Chinchansuyo, en los territorios de lo que ahora es Calvas en Ecuador, Ayabaca y Caxas en Perú.

Según la historia, estas comunidades estaban unidas por el camino Qhapaq Ñan, del cual ahora se tiene rastros por los cuales cada año, un grupo de aventureros amantes de la conservación y el patrimonio cultural, recorren esta huella haciendo rituales similares a los que hacían los indios de esta cultura, hace más de 500 años, previo a la conquista de los incas.

El patrimonio cultural es inmensurable, de ahí que instrumentos nacionales e internacionales buscan preservarlo. Como parte de este trabajo, el 18 de abril se conmemoró el Día Mundial del Patrimonio Cultural, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1983.

Ecuador se unió a esta celebración hace dos años mediante decreto ejecutivo. Las múltiples actividades en todo el país buscaron sensibilizar a los ciudadanos sobre la importancia de salvaguardar y conservar los cimientos de nuestra identidad.

La hermandad entre Ecuador y Perú no solo se sujeta a la época incaica en donde convivían culturas sin medir territorios ni fronteras. En la época contemporánea también hay lazos históricos que unen a los dos países.

Manuela Sáenz, considerada como la heroína de la gesta independentista latinoamericana, es otro de los referentes memorables de la historia común ecuatoriana-peruana.

El legado de este icono del feminismo latinoamericano, toma fuerza en la región, haciendo de las mujeres, parte activa del desarrollo de los países en los diferentes ámbitos como política, social, económica, cultural, entre otros.

Esta riqueza común ha permitido que instituciones públicas, según su ámbito de acción, articulen trabajo entre ambos países, con el fin de preservar el patrimonio y enfocar sus políticas públicas hacia la ZIF, además de promover la integración latinoamericana como un principio de la relación bilateral.

Esta zona territorial es considerado un corredor de integración binacional, referente del desarrollo conjunto latinoamericano, en la cual se aprovecha de manera sostenible los recursos naturales y en donde se afianza una cultura de paz y convivencia armónica entre el hombre, su historia y la naturaleza biodiversa.




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